Lecciones derivadas de la actitud de las potencias occidentales ante los resultados obtenidos en las elecciones del año 2006 y el triunfo de Hamas en Palestina
En el año 2006 las potencias occidentales aliadas de la entidad sionista exigieron a las autoridades palestinas hacer elecciones democráticas para tener un interlocutor representativo y válido del pueblo palestino. Interlocutor con el cual negociar un tratado de paz con la potencia ocupante de Palestina y dar final a un conflicto de décadas de guerras.
Terminada la elección, que resultó un aplastante triunfo para el movimiento Hamas, enemigo del estado sionista y no sumiso a los dictados imperiales, ¿qué hicieron? En vez de acatar lo que resultó de un proceso democrático, observado por centenares de enviados de distintos países del mundo – que corroboraron que la elección fue libre, informada y de acuerdo a las condiciones normales de un proceso eleccionario limpio -, decidieron castigar al pueblo palestino por haber votado a Hamas como su gobernante.
Tras recibir de Estados Unidos la orden del gobierno sionista de boicotear al nuevo gobierno, los países europeos, dóciles seguidores del primero, de inmediato lo obedecen, suponiendo todos que el pueblo palestino, acosado por el hambre y las extremas necesidades, se levantaría y pediría la salida de Hamas del gobierno. ¡Que equivocados han estado!
Esa acción, sin embargo, proyecta por lo menos tres lecciones que, aunque distintas, son parte de una misma esencia: la política imperial de dominio mundial y adaptación del mundo a sus intereses.
La primera lección
La primera de ella es que el concepto democracia, libertad y autodeterminación de los pueblos establecidos en la Carta Orgánica de las Naciones Unidas es un concepto que se ha acomodado a los intereses del imperialismo y el sionismo. Si les agrada un gobierno elegido, callaran y todo seguirá igual; si no les agrada o no es servil al estilo comunidad europea, entonces pasará a ser parte del eje del terror y digno de todo tipo de complots.
Es decir, los valores y la Carta Fundamental de las Naciones Unidas deben pasar primero el filtro imperialista para ser aplicado o rechazado, y lo harán a su forma.
La segunda lección
La segunda, que se reafirma una vez más, es que los pueblos pobres o débiles militarmente están a merced de los designios imperiales, y que sus gobernantes o formas de gobierno también deben pasar el filtro imperial. Por lo tanto, las palabras democracia, libertad y autodeterminación se han convertido en conceptos vacíos, que no se aplican a los pobres, ni a los hombres y pueblos libres los cuales, para el imperialismo, evidentemente, no pueden ni deben existir, ya que éste divide al mundo en dos categorías, los que les sirven y los enemigos.
Dentro de aquellos que les sirven están los actuales gobernantes palestinos de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), cuyos representantes, apenas ser elegidos, se pusieron al servicio del estado sionista de Israel y de Estados Unidos para apoyar una nueva modalidad de golpe de estado que, con Palestina, se pondría por primera vez en practica. Un golpe de estado blando, sin sangre y asesinatos masivos al estilo de la década del 70. O, lo que es lo mismo, un golpe que tiene un carácter constitucional en el cual, desde las esferas de las estructuras nacionales se derrocan los gobiernos legítimamente elegidos, como los aplicados a este estilo recientemente, por ejemplo, en Honduras y Paraguay.
Así, apenas Instalada la ANP, aupada por el imperialismo y con el apoyo del ejercito sionista, los diputados y militantes de Hamas masivamente comenzaron a ser perseguidos, detenidos y llevados a las cárceles sionistas con la venia del actual presidente de la ANP y los sectores reaccionarios y colaboracionistas, los cuales son ahora, a la vez, dueños de la incipiente economía neoliberal que de inmediato se comienza a imponer en Palestina. Como respuesta, Hamas se hace fuerte en la ciudad siempre heroica de Gaza, desde donde la resistencia golpea al ejercito de ocupación y, a fuerza de lucha revolucionaria, logra hacer retirar al ejercito sionista fuera de la Franja.
Este ejemplo de resistencia, lucha, dignidad y revolución no es, ni podría ser aceptado nunca por el imperialismo y los sionistas, pero tampoco por los reaccionarios árabes, con las monarquías feudales Saudita y Qatar a la cabeza. Países estos últimos, sin embargo, que en 200 años jamás han hecho elección alguna y oprimen a sus pueblos de la forma más inimaginable e inaceptable para la sociedad mundial; donde las mujeres tienen prohibido conducir un vehiculo, no pueden andar solas en la calle, ni tienen derechos sociales alguno; donde se puede ir a la cárcel sólo por discutir con un miembro de la familia real o discrepar de algo con ellos, donde el poder judicial y legislativo es la familia misma. Pues bien, esa democracia es la que sirve a Estados Unidos y por ende a Europa y, para ellos, es inaceptable un pueblo en rebeldía.
Decidido el bloqueo contra Gaza por parte del imperialismo y el sionismo, de inmediato los gobiernos europeos obedecen y cooperan con el plan, y a ellos se suman los gobiernos árabes reaccionarios con Egipto a la cabeza. Y es precisamente Egipto el que procede a cercar con su ejército a Gaza, cuya única frontera es con ese país y el que, a pesar del cambio de gobierno, actualmente sigue colaborando con el imperialismo y apretando el cerco destinado a matar de hambre al pueblo de Gaza, aspirando a obligarlo a la rendición y a que se entregue a la Autoridad Palestina para que lo gobierne por cuenta de Israel y administre la ocupación sionista, como lo hace en Cisjordania.
El pueblo heroico de Gaza resiste años el bloqueo al estilo Troya, pero con carácter de Stalingrado. Derrotó la invasión sionista del año 2009 y ha logrado con el apoyo de los pueblos del mundo mantener en alto la dignidad y la lucha.
Resiste a pesar de que comen lo que se ha podido sembrar en los tejados de las casas y en cada pedazo de tierra disponible. En Gaza no hay propiedad privada egoísta y sus habitantes comparten el pan y la lucha, los mártires y el dolor por ellos. Comparten la convicción de que su lucha es vital en el destino final del pueblo palestino dado que, si se rinden, el imperialismo podrá seguir adelante en su plan de eliminarlos a todos y hacer desaparecer la causa palestina, lucha en la cual tienen un lugar de honor los combatientes de pantalones raídos y zapatillas, hambrientos y sedientos de Gaza.
La tercera lección
La lección que se deriva de ese escenario, entonces, es el profundo nivel de deshumanización que existe y acompaña a todas las acciones del imperialismo y el sionismo. Deshumanización que caracteriza, por supuesto, a aquellos que las conciben y las ponen en práctica, pero también a aquellos que las apoyan o simplemente callan ante ellas o las ignoran, haciéndose de hecho cómplices y colaboradores de ellas.
Y uno se pregunta:
¿Qué es lo que pasa por las mentes de esas personas?
¿Cómo pueden concebir la idea de bloquear y matar de hambre a más de un millón y medio de personas?
¿Cómo es posible mirar con indolencia a una población donde casi de la mitad de los niños padecen de desnutrición severa y presentan graves malformaciones producto del hambre?
¿Qué pasa por la mente de esos hombres que planifican este tipo de cosas?
¿Podrán mirar a los ojos a sus hijos en la opulencia sin pensar en los miles de niños muriendo de hambre?
¿Cómo un hombre puede caminar por las calles reír y comer, dormir y acariciar a sus hijos, cuando al mismo tiempo, planifica matar a otros seres humanos?
El silencio de la iglesia y el Vaticano ¿se debe a sus millonarias inversiones en las empresas norteamericanas?
La prensa mundial, por su parte, calla y oculta estos crímenes de lesa humanidad con absoluta complicidad. Y se buscan justificaciones de todo tipo para tratar de explicar lo inexplicable, intentando escudarse en las concepciones que guardan las conocidas frase de “las ordenes vienen de arriba” y “yo obedezco ordenes”. Pero no, todo eso es complicidad, inmoralidad, debilidad inexcusable.
Los que callan y ocultan son tan criminales como los que planifican y ordenan asesinar. El silencio que hay sobre lo que ocurre en Gaza es silencio criminal y es el resultado de un mundo hipócrita, desvergonzado y sumiso, sometido a las ordenes de los poderosos.
Pero desde Gaza y su población de victoria, desde las arenas del Sahara, el ejemplo de los combatientes grita a todos rompiendo el silencio de los cobardes y los cómplices “Estaremos con hambre, frío y en la oscuridad, pero jamás de rodillas”.
El presente es de lucha el futuro es nuestro. (Fidel Castro)